lunes, 21 de diciembre de 2009

¿Quien dijo que era una bonita historia de amor?

¿Sabíais que Romeo estaba enamorado de Rosanlinda un dia antes de conocer a Julieta?
¿Sabíais que amaba a Rosalinda por su belleza?
¿Sabíais que apenas le dice tres frases a Julieta el dia que se conocen?
¿Y sabíais que esas tres frases le bastan a Romeo para declararse perdidamente enamorado de Julieta?


Si, al final va a ser cierto, el amor no existe.
Solo la obsesión.
Y ¿Quien dice que la obsesión no pueda ser también dulce?

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Ataque de misantropía

-Todo el mundo es ignorante y egoista, gilipollas en conclusión.
-¿Todo el mundo?
-Si, yo tambien

¡Viva mi filantropía!

miércoles, 2 de septiembre de 2009

La sociedad de los caracoles

Una vez mas me invade la culpa al ver que he vuelto a dejar algo a medias, y esta vez ha sido el blog. Eso me pasa por hacer las cosas sin proposito, al menos sin uno medianamente firme, pero mis propositos, mis motivos y mis convicciones cambian cada pocos meses. Cosas de la edad, dicen. Esta vez me he preguntado a mi misma para que quería este blog, pero sobre todo por que lo queria (y tambien lo sigo queriendo)

Todos parecemos estar de acuerdo en que cuando se critica a alguien se trata de ocultar ese defecto en uno mismo. Y resulta que yo llevo años criticando a casi todos los de mi alrededor. Una de mis mayores criticas era que todo el mundo parecia actuar segun lo esperaban los demas, todos parecian actuar segun la misma corriente, todos seguian a la masa. Y aqui cito a Mark Renton, protagonista de Trainspotting:

"Elige la vida. Elige un empleo. Elige una carrera. Elige una familia. Elige un televisor grande que te cagas. Elige lavadoras, coches, equipos de compact-disc y abrelatas electricos. Elige la salud: colesterol bajo y seguros dentales. Elige pagar hipotecas a interés fijo. Elige un piso piloto. Elige a tus amigos. Elige ropa deportiva y maletas a juego. Elige pagar a plazos unos trajes en una amplia gama de putos tejidos. Elige el bricolaje, y preguntarte quién coño eres los domingos por la mañana. Elige sentarte en el sofá y ver teleconcursos que embotan la mente y explotan el espíritu, mientras llenas tu boca de puta comida basura."

Y ahora es cuando yo descubro que eso es precisamente lo que yo estoy eligiendo. Me dejo llevar por la corriente. Yo, que me distanciaba de la masa disfrutando de las culturas alternativas, escuchando esa clase de musica que no sale en la lista de los mas vendidos, interesandome por las cosas que la gente de mi edad desconoce. Yo, que tanto adoro todo lo extravagante, me dejo llevar por la masa.

Y aunque me duela admitirlo conozco la razón: miedo. Miedo a no tener la vida feliz que me habian pintado. Nos sentimos mejores que los animales, cuando nuestra vida se traduce en lo mismo: monotonía. Comemos, dormimos, y nos reproducimos. Ilusa yo, que me sentía superior a un caracol.

sábado, 3 de enero de 2009

Consumo... ¿necesidad?

No se si os habréis dado cuenta de hasta que punto vivimos rodeados de publicidad y de cómo esta nos afecta.

Hace unos días fui de tiendas con una amiga, buscábamos regalos para navidad, y fui entonces cuando me di cuenta de la gran diferencia que vivir en pueblos pequeños o en una ciudad provocan en nuestra forma de ver el consumo, si incluso en nuestra casa nos saturan con publicidad, en una ciudad, incluso aunque no seamos conscientes de ello, es mil veces peor.

Mi amiga, ya después de haber comprado todos los regalos, quería seguir comprando, necesitaba comprar, así que yo le pregunte que quería, para así decidir a que tienda ir y terminar cuanto antes, pero fue su respuesta la que me hizo darme cuenta de esto: "Hasta que no vea lo que hay, no se si lo necesito"

Había pasado de querer, a necesitar. Así que nos pasamos las próximas 2 horas de tienda en tienda, ella probándose (y de vez en cuando comprándose) todo lo que encontraba, y yo pensando que mi amiga se había convertido en la típica consumista, que encima no veía nada de raro en ello, pues cuando le pregunte cual era su opinión respecto al tema, me dijo: "Yo no soy ninguna consumista, solo compro lo normal"

Pues si comprar lo normal significa llegar todos los sábados a casa con al menos un conjunto nuevo y algún par de zapatos que vas a dejar de usar en cuanto dejen de estar de moda, tendré que empezar a replantearme mi punto de vista acerca de la sociedad, que desde mi casi filantropía, yo había considerado un poco mas sagaz, aunque solo fuera lo suficiente como para no dejarse influir hasta tal punto por la publicidad.

¿Soy yo, o realmente es algo exagerado?

viernes, 2 de enero de 2009

Empatía... ¿cosas de niños?

Ayer estaba viendo las crónicas de Narnia, y no pude evitar recordar como me sentía la primera vez que la vi, cuando tendría 11 o 12 años... es increíble como cambia nuestra percepción de las cosas en tan pocos años. Aquella vez no podía evitar ponerme nerviosa al verlos en peligro, sentía aquellas ganas de advertir a los personajes de que Edmund les había traicionado, enfadarme cuando los hermanos mayores no creían a la pequeña Lucy...

Ayer cuando volvía a verla, me sorprendió no sentir apenas nada de eso, veía a los personajes desde fuera, sin poder ponerme en su lugar ¿Es la empatía solo cosa de niños? Si ahora ha sido así, no quiero imaginarme como será cuando tenga 30 y sea lo que la sociedad considera un adulto. ¿Eso significa ser adulto? ¿Ser capaz de observarlo todo fríamente, sin sentir apenas un poco de tristeza al ver que los personajes de una película lloran?

Me gustaría volver a poder ver una película como cuando era pequeña, sentir esa inteligencia interpersonal (como la denominaba Howard Gardner en su teoría de las inteligencias múltiples), ¿acaso entonces eso que es conocido como madurar no es mas que dejar de sentir, de ser inteligente en ese sentido?

Me he puesto a investigar un poco sobre ello (léase: mirar en wikipedia), y me he encontrado con esto:

"Las teorías modernas distinguen igualmente la empatía de la simpatía; esta última consiste en comprender los afectos de otra persona, pero comporta una dimensión afectiva suplementaria: mientras que la empatía reposa sobre una capacidad de la imaginación, la simpatía reposa sobre una proximidad afectiva con aquel o aquella que es el objeto de ella"

Así que esta es mi conclusión: Dependemos de la imaginación para ser inteligentes (al menos para sentir esa inteligencia interpersonal), y eso que siempre tratamos a los niños con displicencia... ¿no es hipócrita?